SIGUES LLEGANDO


tú, David González




En las noches
más frías,
cuando las sábanas
pesan
sobre el cuerpo
sigues llegando
tú, sigiloso,
rompiendo
el vértigo
de las visiones
nocturnas
de las heridas
abiertas
que aún sangran.
Sigues
acariciando
mi mano
con la tuya,
tapando
con tu boca
el recuerdo
que me muerde
siempre
a ciertas horas.
Y sigues llegando
a tiempo
para curarme...