heinz está satisfecho de haber encontrado a un ser humano con el que follar. apenas divisa heinz al ser humano brigitte, y ya está desabrochándose para ponerse en posición de salida. mientras brigitte todavía le cuenta que lo quiere y que a la vez siente algo así como respeto por su éxito profesional, mientras brigitte todavía vaga por sus pensamientos sobre amor y respeto hasta la boda y sobre reformas, antes incluso de haber podido tomar precauciones, ya el follador heinz se le ha adherido al cuerpo como una sanguijuela.
y heinz acciona con ahínco su manubrio.

Las amantes. Elfriede Jelinek