MIERCOLES, DÍA 17, 19H. CLUB DE PRENSA DE "LA NUEVA ESPAÑA"


PIZCA DE PAPEL

Por Carmen Fernández Etreros,
especialista en Literatura Infantil y Juvenil

Hay libros que en cuanto los abres te tocan el corazón. Una hermosa historia, un tema, el cáncer, poco tratado en la literatura infantil y una sensibilidad especial para contarla. Eso es un poco lo que me ha ocurrido con este álbum ilustrado editado por Pintar-Pintar Tiempo para más cuentos escrito por Concha de la Hoz Fernández e ilustrado por Pieruz.

Tiempo para más cuentos parte de una situación sencilla: una madre tiene una larga melena rubia y hermosa que admiran sus amigas, sus hijas, su marido... Aunque no tiene mucho tiempo por el trabajo y las obligaciones diarias, todas las noches lee cuentos a sus pequeñas hijas mientras que ellas acarician su hermosa melena. Pero un día todo cambia y las niñas tienen que trasladarse a casa de sus tíos, donde no hay libros, no hay cuentos, no tienen la melena de su mamá para acariciar. Su madre ha caído enferma. Hasta que de nuevo las niñas vuelven a su casa, y aunque se sorprenden al ver a su madre sin su larga melena, las niñas se dan cuentan de que ahora tienen lo que más desean “tiempo para más cuentos”.
Una historia potente, hermosa, muy bien dosificada y estructurada. Ilustrada con los trazos ágiles y sugerentes, colores matizados y predominio de los blancos de Pieruz que acierta al dar protagonismo a las figuras de la familia. Un libro para leer con los niños, para las familias que sufren esta enfermedad actualmente y para los que no saben cómo explicar a sus hijos lo que está pasando y que quizás pueden encontrar en el libro una manera de contarlo. También un libro para valorar la importancia del tiempo, de las pequeñas cosas e intentar disfrutar de la vida.

Tiempo para más cuentos quiere transmitir un punto de vista positivo y valiente para afrontar esta enfermedad y centrar la lucha en lo más importante: poder tener al final el tiempo para leer más cuentos.

ANGELA SEGOVIA SORIANO

Le ondea el yo
mientras
eres ésto le dicen y eres
ésto y ésto y eres ésto
la discusión y la sien arriba
y abajo mutilado el siendo por
este amargo
a pesar de
la luz
lablan ca pared
qué saber qué
hay que
saber
yo

mi piedra rítmica

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había estado
allí en los días inviernos en los











que lo notaba finito el
fi lo dela
enla
espalda
que ardía musgo deabajo el palo-pierna
para
sostener la matemática taqui-
cardia
de
demasiado tiempo
demasiadas pastillas esas




desnudas





rocas

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El asunto de la decisión o arrancar la última la del tren
el eterno camino de no vuelta o el
regreso
el asunto del regreso
el asunto del no yo no yo no y
la mirada baja
el túnel algas dentro el cuarto y un umbral y otro y otro y la luz
abierta
la grieta
la hora de
ya lo dije ya lo dije ya
la niebla calculada y el instante antes de
la caída
entonces

FRIO CLÁSICA from kowalski visuales on Vimeo.

AUSENCIA DE FE from kowalski visuales on Vimeo.

EL FINAL DEL CUENTO from kowalski visuales on Vimeo.

NÉSTOR VILLAZÓN

LÁSTIMA


Llamadle miedo, rencor, asco
versos de un poeta anodino,
dolor de muelas, estar jodido,
el fogoso candil de una mañana inesperada;
manchas en el abdomen,
dolor de pies, de espalda, fuerza
o cansancio, no ver
los cadáveres, libertad,
suicidio, derrota o apariencia.
Llamadle
como queráis,
pero eso sí, no me negaréis
que, pese a ser una putada ahora,
si ha sido feliz e intensa,
con el calor de una familia que te quiere y
la sensación de no tener que demostrar
nada a nadie, la infancia
es el mayor de los logros preconcebidos.Lástima.

Teoría del delfín desierta. Gustan de ser salvados pero no de salvar. Poca verdad al fin y al cabo. Y dos, importa lo que vales, precio exacto, adquirido no por esfuerzo y trabajo propio sino ajeno. Parasitimo. Y tres, espeluznante: los monstruos que crea el poder. Pocas almas ya en pie sin venderse o regalarse. Ni tan siquiera incredulidad, adaptación al medio. Condición miserable la de ciertos hombres y mujeres. Normal que os cueste manteneros en pie sin buscar hombro ajeno puesto que nada dentro os sostiene... El vacío no posee cimiento alguno.