A David González

ESCAMAS

Él preguntó: “¿Cómo has logrado llegar hasta aquí?”. Ella levantó la cabeza, apartó el vaso y dijo: “Reptando, reptando como una jodida serpiente. Mira mis botas”. Piel muerta y gastada bajo sus pies. Escamas de toda una vida.

He cruzado oceanos de tiempo para encontrarte....

WOMAN

Esa mujer que todos conocemos,

quien manifiesta su supervivencia

cada día a golpe contundente

de tacón afilado cual navaja,

que camina por las calles con absoluta decisión

pues sabe desde siempre que su camino se recorre a solas.

Aquella que no teme a la verdad,

la que agarra a su hijo de las entrañas mismas

para arrancarlo del dolor,

la que antepone lo imprescindible,

lo realmente importante,

ante lo que nunca será bien visto por los hombres

que creen dirigir la tribu fantasma.

Mujer que corre con los lobos,

guerrera, la no vencida,

la que no abandona el ring

hasta pisar la lona.

La eterna Juana de Arco.

Aquella que lame sus heridas

a solas como los gatos,

la que se defiende una y mil veces

ante la impunidad de la injusticia que nos vence cada día.

Ella, tú, nosotras, las que seguimos creyendo que en cada grieta,

con cada golpe,

la fuerza crece en nuestro vientre

y porque la mujer sabe transformar el mundo en acto,

en hecho,

en maneras de sobrevivir a la desesperación profunda.

Aquella que deshace el nudo con los dientes.

Porque ellas engendrarán “legiones de hombres buenos”

que crecerán en multitud por los siglos de los siglos

reproduciéndose en constante mutación continua

hasta alcanzar la absoluta cercanía

que aún necesitamos sentir entre mujer y hombre.

Mujer que sueña en blanco y negro,

que conoce los abismos pues en todos ha estado,

que pelea y no se cansa pues su lucha incesante

tiene el poder de las mareas

cuyos océanos reproducen de forma rítmica

cada uno de sus gestos,

ese vaivén que nos describe en sigiloso susurro su anatomía.

Mujer más allá del cuerpo,

mujer sin amo “ni patria ni religión”,

mujer cuyo origen nace en el centro mismo del universo

y a él regresa en cada muerte.

Mujer que renace por tanto cada día

en cada minúscula población del mundo

y cuyo llanto es el llanto del mundo entero.

Mujer violada, torturada, sacrificada, rota, en definitiva,

por el verdugo que tanto teme su poder ancestral.

Mujer que ha soportar la sangre sobre su piel

cuando decide, finalmente, pero nunca tarde,

alejarse de quien se agarra con fuerza a su espalda

para tapar de modo alguno la debilidad

que tan sólo los ojos realmente abiertos,

aquellos que habitan el alma,

pueden ver en el rostro de la ira, en la debilidad ajena.

Cansancio, peso, dolor en el centro mismo del corazón

que viene de lejos, tan antiguo, que nos cuesta reconocer

como nuestro.

Mujer que decide seguir peleando frente a las voces

que susurran rendición,

frente al rol de hembra pacífica

que ha de conservar las formas que otros le arrebataron.

Todas y cada una de las mujeres

que deciden, por tanto, llevar a cabo sus propias vidas,

sus propias reglas, decisiones, normas,

pese a todo lo que eso implica,

las que saben maquillar el golpe en el ojo o la mejilla

en el que aún late el corazón viejo

y aquellas que de las lágrimas últimas saben extraer

una sonrisa final

que desconcierta y desconcertará siempre al alma perdida

de quien busca de forma errónea más allá de si mismo,

aquel que padece hambre eterna,

la escasa inteligencia de los que jamás se atreverán

a infringir norma alguna

repitiendo así el papel eterno del verdugo,

pagando su temor en el cuerpo del otro

con todo tipo de herramientas verbales y físicas,

instrumentos perfeccionados a lo largo de los años,

cuyas marcas la mujer arrancará a dentelladas,

una y otra vez,

todas las veces necesarias.

La impunidad es esa sensación que aún y tal vez siempre sentiremos cerca,

al lado justo,

en nuestras manos,

pero sabemos que nosotras, mujeres,

elegimos pelear, que nadie consigue ni conseguirá jamás domesticarnos,

pues como animales salvajes que somos

el instinto nos salva y salvará de toda trampa.

Los reptiles del mundo que conocemos

seguirán empecinados en colarse en nuestras vidas,

seguirán intentando silenciar nuestras voces,

que el susurro de la culpa que nos inculcaron

germine en lo más profundo

hasta quedar atrapadas en las redes más propicias

para ellos, para la caza,

para aquellos que crearon la normativa vigente,

quienes seguirán castigando nuestra decisión de manifestar nuestro poder y sabiduría,

defender aquello en lo que creemos,

disfrutar del cuerpo que nos ha sido concedido a nuestro antojo

y no al antojo de quien duerme a nuestro lado

ciertas noches o tan sólo una,

nuestra voz se escuchará alta y clara

porque hace ya demasiado tiempo decidimos

no callarnos, nombrar, acusar, señalar incluso

al culpable de las atrocidades cotidianas

que ocurren a nuestro alrededor.

El segundo sexo nunca fue el sexo débil,

quien hiere o golpea es aquél que teme

y no al contrario.

No nos engañemos,

nos cortan el paso, nos detienen,

nos mutilan, nos asesinan, porque nos temen,

y si eso es así, y así lo es, puedo asegurarlo,

nadie nunca jamás,

podrá romper el círculo

de lucha constante en el ring

por alcanzar aquello que nos pertenece

y nos ha pertenecido siempre,

no sólo una “habitación propia”

sino también la casa entera, nuestro lugar en el mundo,

aquel que hemos ganado,

aquel que siempre nos ha pertenecido.

No nos creamos desheredadas de lo que siempre fue nuestro.

La manzana original

nunca fue castigo alguno

sino el primer paso

diminuto, escaso,

hacia la libertad

que ahora hemos de tomar por completo.

Ha llegado la hora de reconocernos frente al espejo

y que ese gesto

nos devuelva la imagen real,

el triunfo alcanzado

por todas aquellas que nos preceden

a quienes debemos rendir homenaje de la única forma posible:

peleando,

peleando siempre,

hasta el final….


http://www.myspace.com/lenguajeanimal

nunca madre nunca fondo definitivo

ni la forma exacta a la que agarrarse

sólo huecos que provocan frío intenso

tormentas devastadoras y latitudes desconocidas

que marcan el paso de las horas y definen

con recuerdos tu rostro en el espejo

la forma de mirar y ver por dentro

la realidad mañana cuando todo hoy

haya sido ya desperdiciado

roto

para siempre

fondo hambriento

CAMBIO DE FECHA: DÍA 2 DE JULIO, VIERNES, A LAS OCHO DE LA TARDE