XEL DIAZ









Lugar: Aula Magna de LAUDEO, Centro Cultural de Extensión Universitaria (Edificio Histórico, C/ San Francisco 1)
Fecha y hora: Martes, 5 de junio, a las 19:45
Entrada libre hasta completar aforo

Organiza: Universidad de Oviedo 

Coincidiendo con la presencia en el jurado que falla el Premio de las Letras de la Fundación Príncipe de Asturias de varias voces destacadas de nuestro periodismo cultural, la Universidad de Oviedo ha preparado un coloquio en torno a la situación actual de la cultura y y su supuesta banalización. Intervendrán Blanca Berasátegui, directora del suplemento El Cultura de El MundoJuan Cruz, adjunto a dirección de El País, periodista y escritor, Fernando R. Lafuente, director de ABC Cultural y subdirector de ABC, y Sergio Vila-Sanjuán, coordinador del suplemento Cultura/s de La Vanguardia.

Crisis? What Crisis?
Según Alwyn W. Turner, autor de Crisis? What Crisis? Britain in the 1970s, en 1979, el año de la segunda crisis del petróleo, durante el enero más frío desde 1963 en el Reino Unido, y en medio de una huelga de conductores de camiones de combustible, la escasez de aprovisionamiento provocó una subida del petróleo, al tiempo que se creó un pánico de acaparamiento de alimentos, y planeó la amenaza del paro para dos millones de trabajadores de persistir la situación. En ese momento, el primer ministro, el laborista Jim Callaghan se encontraba en una cumbre económica en la isla caribeña de Guadalupe. En cuanto aterrizó, los periodistas le preguntaron por la caótica situación del país en ese momento. Callaghan respondió que no pensaba que otra gente en el resto del mundo compartiera la visión de que había un gran caos. El diario The Sun resumió la respuesta de Callaghan en un famoso titular: "Crisis? What Crisis?"

Señala Turner que la frase "Crisis? What Crisis?" procede la película "The day of the Jackal" (1973), de Fred Zinnemann, basada en la novela homónima de Frederick Forsyth, en la que, por cierto, no aparece la expresión. Después se utilizó en la prensa y la televisión, y en 1975 Supertramp publicó un álbum con ese título y la premonitoria portada del turista que se solaza bajo una sombrilla playera, donde sólo él, sus refrescos y sus cosas tienen color, rodeado de un paisaje industrial decadente en blanco y negro

La cultura en la era del espectáculo
El premio Nobel y I Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986) Mario Vargas Llosa, en su reciente y celebrado ensayo "La civilización del espectáculo", se pregunta  por qué "la cultura en la que nos movemos se ha ido banalizando hasta convertirse en muchos casos en un pálido remedo" de lo que nuestros predecesores más cercanos entendían por esa palabra. Y le parece "que tal deterioro nos sume en una creciente confusión de la que podría resultar, a la corta o a la larga, un mundo sin valores estéticos, en el que las artes y las letras -las humanidades- habrían pasado a ser más que formas secundarias del entretenimiento". Y es que si la razón de ser de la cultura era dar respuestas a cuestiones como qué hacemos "en este astro sin luz propia que nos tocó" o qué significan palabras como "placer, amor, solidaridad, arte, creación, belleza, alma, trascendencia", hoy, afirma Vargas Llosa, "está exonerada de semejante responsabilidad, ya que hemos ido haciendo de ella algo mucho más superficial y voluble: una forma de diversión para el gran público o un juego retórico, esotérico y oscurantista para grupúsculos vanidosos de académicos e intelectuales de espaldas al conjunto de la sociedad" En suma, para Vargas Llosa, ahora, la cultura "es un mecanismo que permite ignorar los asuntos problemáticos, distraernos de lo que es serio, sumergirnos en un momentáneo 'paraíso artificial', poco menos que el sucedáneo de una calada de marihuana o un jalón de coca, es decir, una pequeña vacación de la irrealidad"

Cultura? Qué Cultura?
En un ensayo ya clásico, Apocalípticos e integrados, Umberto Eco definió a los críticos de la cultura de masas como apocalípticos, caracterizados por su apego a las teorías de la decadencia y al anuncio de caídas irrecuperables. ¿El análisis de Vargas Llosa es un ensayo apocalíptico de la cultura? ¿Padece la cultura y qué cultura una crisis cuyo desenlace será la muerte de la Cultura? ¿Negar que la cultura está en crisis supone actuar con la indiferencia del turista de la portada del disco de Supertramp -esa portada, por supuesto, admite otras lecturas- o el primer ministro inglés Jim Callaghan? Y si es así, ¿cuáles pueden ser las consecuencias de no darse cuenta de una tal situación de emergencia?