ARDE


 Precaución, arde.
Esta mujer que escribe arde.
Su piel quema
y aún es peor en el caso de su pensamiento.
Ese carácter encendido
le provoca una mala aceptación del mundo
y es por eso que ustedes deben alejarse de ella.
Arde esta piel y esta palabra,...
y esta conciencia que tan sólo encuentra justicia
en cierto equilibrio entre palabra, obra y hecho.
Tengan precaución entonces y cierto cuidado,
pues toda llama tiende a extenderse
y es fácil entonces
que esta voz les alcance
y tal vez hiera
en esta quema necesaria,
en este incendio que busca provocar
la palabra escrita.
Cómo comprender el mundo entonces
si no es a través de este avanzar entre las llamas
y que afecte cada luz, cada sombra, cada actitud y comportamiento
que observas y has de traducir a este reino
de silencio roto por la palabra.
Cómo enfrentarse entonces al mundo
de otro modo, más allá de una traducción
dolorosa y exacta de éste.
Tengan cuidado entonces, insisto,
esta mujer arde, quema,
arrasa y destruye todo cuanto su palabra
o roce alcanza.
Y ésa es su intención primera
al escribir.
Conciencia en llamas
que ha de quemar
y alcanzar al otro.
Precaución,
pues arde.
Ese frío absoluto
de sus manos
así lo atestigua.



 Ana Vega
Compadezcámonos de la cultura, ¡pero compadezcámonos primero de los hombres! La cultura estará salvada, si los hombres se salvan. No nos debemos arrastrar hasta el punto de afirmar que los hombres existen para la cultura y ¡no la cultura para los hombres! Haría pensar demasiado en la práctica de los grandes mercados, donde los hombres acuden para las reses, ¡no las reses para los hombres!
 
 
Reproduzco algunos del discurso de Bertolt Brecht tomados del libro de Manuel Aznar Soler, I Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura (París, 1935),pp. 217-221:
 
 
"El escritor puede decir: Mi cometido es denunciar la injusticia, y puede dejar a cargo del lector el cuidado de acabar con ella. Pero luego el escritor hará una experiencia singular. Se dará cuenta de que la cólera, como la compasión, es algo masivo, algo que existe en cantidad y puede agotarse. Y lo peor del caso: se agota en la medida en que se hace más necesaria. Algunos camaradas me han dicho: cuando referimos por primera vez que nuestros amigos eran sacrificados, hubo un clamor de horror y se ofrecieron muchas ayudas. Entonces hubo cien muertos. Pero cuando fueron mil y la carnicería no tenía fin, cundió el silencio y cada vez hubo menos ayuda. Así son las cosas: Cuando los crímenes proliferan, se hacen invisibles. Cuando las penas se vuelven insoportables, ya no se oyen clamores. Un hombre es golpeado y el espectador de la escena se desmaya. Claro que es natural. Cuando llega el crimen, como la lluvia que cae, ya nadie grita entonces "alto".

Brecht con Eisenstein en 1932
... ¿Cómo remediarlo? ¿No existe el medio de impedir al hombre que vuelva la cara ante la abominación? ¿Por qué vuelve la cara? Vuelve la cara porque no ve ninguna posibilidad de intervenir. El hombre no se detiene en el dolor del otro si no puede ayudarle. Uno puede detener el golpe, si sabe cuándo cae y hacia dónde y por qué, y para qué cae. Y si uno puede detener el golpe, si existe alguna posibilidad, por pequeña que sea, de detenerlo, entonces puede sentir compasión de la víctima. De no ser así, también se puede sentir compasión, pero no por mucho tiempo, en todo caso no durante todo el tiempo que silben los golpes sobre la víctima. Por tanto: ¿Por qué cae el golpe? ¿Por qué se arroja la cultura por la borda como un lastre, aquellos restos de cultura que nos quedan? ¿Por qué la vida de millones de seres, de la mayoría de seres, está tan depauperada, despojada, semi o totalmente destruida?

Algunos de nosotros responden a esta pregunta diciendo: por salvajismo. Creen estar viviendo una terrible erupción en una gran parte de la humanidad, cada vez mayor, un fenómeno horripilante sin causas aparentes, que aparece de repente y tal vez, es de esperar, desaparezca también de repente, el desbordamiento impetuoso de una barbarie largo tiempo sofocada o adormecida, de naturaleza instintiva.

Los que responde así, se dan cuenta, naturalmente, ellos mismos, de que tal respuesta no alcanza lo suficiente. Y también se dan cuenta de que no se puede dar al salvajismo visos de fuerza natural, de potencia invencible de los infiernos.

Hablan también de negligencia en la educación del género humano. Algo se desatendió en este sentido o no puede hacerse con las prisas. Ahora hay que recuperar lo perdido. Contra el estado salvaje hay que implantar la bondad. Hay que evocar las grandes palabras, los conjuros que ya en una ocasión prestaron ayuda, los conceptos imperecederos: amor a la libertad, dignidad, justicia, cuya eficacia está históricamente garantizada. Y emplean los grandes conjuros. ¿Qué sucede? A la alusión de que el fascismo es salvaje responde éste con el elogio fanático del salvajismo. Acusado de  fanático, responde con el elogio del fanatismo. A la imputación de que conculca la razón, condena alegremente la razón.

También el fascismo encuentra la educación descuidada. Espera mucho de una influencia sobre los cerebros y un fortalecimiento de los corazones. A las brutalidades de sus sótanos de tortura añade las de sus escuelas, periódicos, teatros. Educa a la nación entera, y lo hace durante todo el día. No dispone de demasiadas cosas que ofrecer a la gran mayoría, y eso significa tener que educar mucho. Como no proporciona comida, debe educar para la autodisciplina. Como es incapaz de poner orden en su producción y necesita guerras, debe educar para el valor físico. Necesita víctimas, y entonces tiene que inculcar a la gente el espíritu de sacrificio. También ideales, postulados formulados a los hombres, algunos son incluso grandes ideales, grandes postulados.

Bien, sabemos para qué sirven estos ideales, quién educa y a quién será útil esta educación –no a los educados-. ¿Qué ocurre con nuestros ideales? También aquellos de nosotros que ven el origen de todos los males en el salvajismo, la barbarie, sólo hablan, como hemos podido comprobar, de educación, de intervenir en los espíritus –de ningún otro tipo de intervención, sin embargo-. Hablan de educar a la gente para la bondad. Pero la bondad no saldrá a fuerza de exigir la bondad, exigirla bajo todas las condiciones, incluso las peores, así como la brutalidad no puede salir de la brutalidad
Yo, por mi parte, no creo en la brutalidad por amor a la brutalidad. Hay que defender a la humanidad  contra la acusación de que sería también brutal, si esto no fuera tan buen negocio; es una tergiversación ingeniosa de mi amigo Feuchtwanger cuando dice: la villanía precede al egoísmo; pero no tiene razón. El salvajismo no viene del salvajismo, sino de los negocios, que sin él no podrían seguir haciéndose.

En el pequeño país del cual procedo, reinan condiciones menos alarmantes que en muchos otros países; pero cada semana son destruidas 5.000 reses de matanza. Es una cosa grave, pero no es una explosión repentina de sangre. Si lo fuera, la cosa sería menos grave. La destrucción de cabezas de ganado y la destrucción de la cultura no tienen sus causas en instintos bárbaros. En ambos casos se destruye una parte de bienes producidos no sin esfuerzo, porque se ha convertido en una carga. (...) En la mayoría de los países de la tierra tenemos hoy unas condiciones sociales en las que los crímenes de toda clase son altamente premiados y las virtudes cuestan mucho: "La buena persona está indefensa, y el indefenso es apaleado, pero con la brutalidad puede uno tenerlo todo. La villanía toma sus medidas para 10.000 años. La bondad, por el contrario, necesita una guardia de corps; pero no la encuentra".

¡Guardémonos buenamente de pretenderla de los hombres! ¡Y ojalá no pretendiéramos nada imposible! ¡No nos expongamos al reproche de que también nosotros hacemos llamamientos a los hombres para cosas sobrehumanas, esto es que, a base de practicar virtudes sublimes, sobrelleven condiciones de vida horribles que, desde luego, es posible cambiar, pero que no van a cambiar! ¡No hablamos solamente en pro de la cultura!

Mansión de la Mutualité en París
Compadezcámonos de la cultura, ¡pero compadezcámonos primero de los hombres! La cultura estará salvada, si los hombres se salvan. No nos debemos arrastrar hasta el punto de afirmar que los hombres existen para la cultura y ¡no la cultura para los hombres! Haría pensar demasiado en la práctica de los grandes mercados, donde los hombres acuden para las reses, ¡no las reses para los hombres!

¡Camaradas, reflexionamos sobre las raíces del mal!

Muchos de nosotros, escritores, que viven el horror del fascismo y se horrorizan de él, no han comprendido todavía esta doctrina, no han descubierto aún las raíces del salvajismo que les aterra. Siempre existe en ellos el peligro de considerar las atrocidades del fascismo como atrocidades inútiles. Siguen aferrados a las condiciones de propiedad imperantes, porque creen que, para su defensa, no son necesarias las atrocidades del fascismo. Sin embargo, para el mantenimiento de esta situación son necesarias las atrocidades del fascismo. En esto no mienten los fascistas, dicen la verdad. Aquellos de nuestros enemigos que están tan horrorizados como nosotros de las atrocidades fascistas, pero quieren mantener las actuales condiciones de propiedad o se muestran indiferentes ante su mantenimiento, no pueden hacer una guerra lo bastante vigorosa y duradera contra la barbarie predominante, porque no son capaces de ayudar a sugerir y crear unas condiciones sociales en las cuales la barbarie sea superflua. Pero aquellos que, en la búsqueda de las raíces del mal, han dado con las condiciones de propiedad, han ido profundizando más y más, a través de un infierno de atrocidades cada vez más bajas, hasta llegar al lugar donde una pequeña parte de la humanidad ha anclado y establecido su dominio despiadado. Ha echado el ancla en aquella propiedad del individuo que sirve a la explotación del prójimo y es defendida a ultranza con uñas y dientes, abandonando una  cultura que no se presta ya a defenderse o ya no es capaz de hacerlo, abandonando, en fin, todas las leyes de la convivencia humana, por las cuales la humanidad ha luchado desesperadamente tanto tiempo y con tanto denuedo.

¡Camaradas, hablemos de las condiciones de propiedad!

Bertolt Brecht, 23 de junio de 1935, París
 
 
 
 
 
 
 


Esclavitud, en todos los sentidos. Hipocresía asimilada y consentida. Falta de honor. Extinción de toda integridad. Nos hemos caído y en algunos casos arrojado al lado más vil por propia conveniencia. Qué posibilidad existe de cambio si no hay un cambio interior. Si el mundo calla o alza la voz tan sólo desde/hacia un solo lado. Se permite el horror, otra vez campos y alambradas pero esta vez invisibles. Los excluidos siguen en silencio resistiendo, ahí sí honor pero también ...silencio, imposibilidad.... Supongo que el ritmo de la historia marca de un modo cíclico el devenir de la vergüenza y la sinrazón. Y ni tan siquiera somos conscientes de esa historia. Es como si el presente nos hubiera devorado, y sin esa mirada más consciente, más reflexiva tampoco se puede afrontar el cambio. Castigo al trabajador y la trabajadora, pero silencio, o alzamiento pero de una clase media que ha perdido el último escalón para subir hacia arriba y le falta capital y placeres que tienen un precio que ahora no alcanzan. Y empresas, medios de comunicación, individuos que pueden arrojar vidas presentes y futuras a la calle como quien propina una patada al gato tuerto de la esquina, instituciones que callan, y trabajadores y trabajadoras que no dan nombres - hay que tener cuidado, no morder la mano- y ya no existe el tan necesario "Yo, acuso" o "yo denuncio". Y se sabe, y se conoce. Y con el castigo ejemplar te dan el certificado de ciudadano libre en ocasiones. Tantas empresas, por llevarlo tan solo a un terreno, que es el laboral, que contratan por horas a sus trabajadores y trabajadoras durante ocho, nueve, diez años o más, porque pueden -de quien es la culpa entonces- cuyo nombre conocemos pero no nombramos - están bien relacionados, hay intereses- y podemos hablar de AZVASE, y podemos hablar también de medios de comunicación cuyo suplemento de la iglesia se inserta justo en el punto exacto en que la cultura y la palabra abren sus páginas - y decimos La Nueva España pero también tantos otros medios- para quienes trabajamos durante ocho, nueve, diez, once años sin contrato alguno y se vuelven a tejer redes de capital, intereses y tela de araña institucional. Y esto mismo ocurre a nivel social, humano y personal, pues el que calla otorga y realmente no nos importa lo que ocurre más allá de lo que nuestra mano alcanza, mano que busca ese mismo capital que nos devora y nos convence cada día para seguir callando y bajando la cabeza. Siento haber MORDIDO la MANO que NO me da de COMER. Muerdo la mano que No me da de Comer y sí se alimenta de mi, de mi trabajo, esfuerzo y tiempo. La mía y la de muchos y muchas compañeros y compañeras...
 
 
 
 
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS
El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y
proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tras este acto histórico, la Asamblea pidió a todos los
Países Miembros que publicaran el texto de la Declaración y dispusieran que fuera
"distribuido, expuesto, leído y comentado en las escuelas y otros establecimientos de
enseñanza, sin distinción fundada en la condición política de los países o de los
territorios".
Preámbulo
Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el
reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de
todos los miembros de la familia humana;
Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han
originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se
ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un
mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la
libertad de palabra y de la libertad de creencias;
Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de
Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la
rebelión contra la tiranía y la opresión;
Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre
las naciones;
Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su
fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona
humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado
resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un
concepto más amplio de la libertad;
Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en
cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y
efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y
Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la
mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso;
La Asamblea General
proclama la presente
Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los
pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las
instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la
enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por
medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y
aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros
como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.
Artículo 1
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados
como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los
otros.
Artículo 2
1. Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta
Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política
o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición.
2. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o
internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se
trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no
autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.
……….
Artículo 22
Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a
obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta
de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos
económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de
su personalidad.
Artículo 23
1. Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a
condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el
desempleo.
2. Toda persona tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo
igual.
3. Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y
satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la
dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros
medios de protección social.
4. Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de
sus intereses.
Artículo 24
Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación
razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.
Artículo 25
1. Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como
a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la
vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo
derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u
otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias
independientes de su voluntad.
Derechos y deberes del trabajador
________________________________________
Derechos laborales
Según establece el artículo 4 de la sección 2ª del Estatuto de los Trabajadores, los trabajadores tienen como derechos básicos, con el contenido y alcance que para cada uno de los mismos disponga su específica normativa, los de:
a) Trabajo y libre elección de profesión u oficio.
b) Libre sindicación
c) Negociación colectiva.
d) Adopción de medidas de conflicto colectivo.
e) Huelga.
f) Reunión.
g) Información, consulta y participación en la empresa.
2. En la relación de trabajo, los trabajadores tienen derecho:
a) A la ocupación efectiva.
b) A la promoción y formación profesional en el trabajo.
c) A no ser discriminados directa o indirectamente para el empleo, o una vez empleados, por razones de sexo, estado civil, edad dentro de los límites marcados por esta Ley, origen racial o étnico, condición social, religión o convicciones, ideas políticas, orientación sexual, afiliación o no a un sindicato, así como por razón de lengua, dentro del Estado español. Tampoco podrán ser discriminados por razón de discapacidad, siempre que se hallasen en condiciones de aptitud para desempeñar el trabajo o empleo de que se trate.
d) A su integridad física y a una adecuada política de seguridad e higiene.
e) Al respeto de su intimidad y a la consideración debida a su dignidad, comprendida la protección frente al acoso por razón de origen racial o étnico, religión o convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual y frente al acoso sexual y al acoso por razón de sexo.
f) A la percepción puntual de la remuneración pactada o legalmente establecida.
g) Al ejercicio individual de las acciones derivadas de su contrato de trabajo.
h) A cuantos otros se deriven específicamente del contrato de trabajo.
Deberes laborales
Los trabajadores tienen como deberes básicos:
1. Cumplir con las obligaciones concretas de su puesto de trabajo, de conformidad a las reglas de la buena fe y diligencia.
2. Observar las medidas de seguridad e higiene que se adopten.
3. Cumplir las órdenes e instrucciones del empresario en el ejercicio regular de sus facultades directivas.
4. No concurrir con la actividad de la empresa, en los términos fijados en esta Ley.
5. Contribuir a la mejora de la productividad.
6. Cuantos se deriven, en su caso, de los respectivos contratos de trabajo.
Validez del contrato:
1. Si resultase nula sólo una parte del contrato de trabajo, éste permanecerá válido en lo restante, y se entenderá completado con los preceptos jurídicos adecuados conforme a lo dispuesto en el número 1 del artículo 3 de esta Ley. Si el trabajador tuviera asignadas condiciones o retribuciones especiales en virtud de contraprestaciones establecidas en la parte no válida del contrato, la jurisdicción competente que a instancia de parte declare la nulidad hará el debido pronunciamiento sobre la subsistencia o supresión en todo o en parte de dichas condiciones o retribuciones.
2. En caso de que el contrato resultase nulo, el trabajador podrá exigir, por el trabajo que ya hubiese prestado, la remuneración consiguiente a un contrato válido.
Según podemos leer en la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Estatuto del Trabajador, toda persona posee unos derechos básicos que ampara dicha Declaración, unos derechos y deberes básicos como trabajador y trabajadora. La relación laboral se establece mediante unos principios de comunicación implícitos en los que el trabajador asume las labores estipuladas en su contrato y el desempeño de éstas, su función en el horario establecido y la mayor eficacia en el desarrollo de éstas. Según ambos documentos todo trabajador y trabajadora parte de unos principios fundamentales de igualdad y compromiso por parte de ambas partes, el trabajador y la trabajadora se comprometen a realizar las funciones específicas de su contrato en la jornada establecida y el contratador o entidad a cumplir lo estipulado en el contrato firmado; por tanto surge una máxima imprescindible de igualdad a la hora de desarrollar un trabajo en equipo en igualdad de condiciones laborales si así ha sido estipulado, condición sine qua non dicho trabajo no podrá ser ejecutado o llevado a cabo con toda la eficacia pertinente. Se establece un acuerdo tácito o contrato verbal a través del cual el trabajador y quien contrata establecen los términos de realización del mismo y la función a realizar por cada uno de los miembros del equipo de trabajo que deberá cumplir los deberes asignados y firmados en el contrato así como de disfrutar de los derechos antes señalados. Si el principio de igualdad no se cumple en este caso, la relación laboral no será satisfactoria para ninguna de las partes, entendiendo dicha relación como el deseo conjunto de que el trabajo sea realizado en las mejores condiciones posibles para la realización del mismo. Se exige por tanto el cumplimiento de contratante y contratado de lo establecido en el contrato escrito y verbal, resultando condición indispensable el cumplimiento de todos los trabajadores/as de la empresa o equipo de los mismos deberes pactados sin exclusión alguna por motivos no justificados.
A través del contrato pactado –verbal o escrito- se establecen unas premisas base a su vez, como los derechos que se establecen por la antigüedad laboral en la empresa por parte del trabajador y la trabajadora, la antigüedad es objeto de consideración honorífica: 6. (…) Cuando un determinado derecho o condición de trabajo esté atribuido en las disposiciones legales o reglamentarias y en los convenios colectivos en función de una previa antigüedad del trabajador, ésta deberá computarse según los mismos criterios para todos los trabajadores, cualquiera que sea su modalidad de contratación.
A su vez:
Dicha antigüedad está considerada como un elemento positivo, de modo que se recompensa a través de un plus salarial que recibirá su nombre en función de los periodos que se tengan en cuenta para el cómputo, de tal suerte que si dicha antigüedad se acumula por periodos de tres años recibirá el nombre de “trienios”, si lo hace por periodos de cinco años será denominada “quinquenios”, y así sucesivamente.
El cálculo del plus se hace aplicando un porcentaje al salario base, aumentando el porcentaje conforme se incrementa el número de periodos contabilizados, empezando a contar a partir del momento de ingreso del trabajador en la empresa. Serán los convenios colectivos o los contratos individuales los que establezcan la cuantía del plus de antigüedad.
Se ruega por tanto, sean tenidas en cuentas todas estas estimaciones...
 
Los gatos son teléfonos cuyo funcionamiento desconocemos...
 
.
"Cómo pasar al lado", de Julio Cortázar
 
 
El personaje de este cuento, publicado en Un tal Lucas, hace un asombroso descubrimiento acerca de los gatos... y la comunicación. Quizá Cortázar, amante de los gatos, pudiera entender los mensajes transmitidos por su gata Flanelle, o por Adorno, gato visitante y crítico.
Los descubrimientos más importantes se hacen en las circunstancias y los lugares más insólitos. La manzana de Newton, mire si no es cosa de pasmarse. A mí me ocurrió que en mitad de una reunion de negocios pensé sin saber por qué en los gatos -que no tenían nada que ver con el orden del día- y descubrí bruscamente que los gatos son teléfonos. Así nomás, como siempre las cosas geniales.
Desde luego, un descubrimiento parecido suscita una cierta sorpresa, puesto que nadie está habituado a que los teléfonos vayan y vengan y sobre todo que beban leche y adoren el pescado. Lleva su tiempo comprender que se trata de teléfonos especiales, como los walkie-talkies que no tienen cables, y además que también nosotros somos especiales en el sentido de que hasta ahora no habíamos comprendido que los gatos eran teléfonos y por lo tanto no se nos había ocurrido utilizarlos.
Dado que esta negligencia remonta a la más alta antigüedad, poco puede esperarse de las comunicaciones que logremos establecer a partir de mi descubrimiento, pues resulta evidente la falta de un código que nos permita comprender los mensajes, su procedencia y la índole de quienes nos los envían. No se trata, como ya se habrá advertido, de descolgar un tubo inexistente para discar un número que nada tiene que ver con nuestras cifras, y mucho menos comprender lo que desde el otro lado puedan estar diciéndonos con algún motivo igualmente confuso. Que el teléfono funciona, todo gato lo prueba con una honradez mal retribuida por parte de los abonados bípedos; nadie negará que su teléfono negro, blanco, barcino o angora llega a cada momento con un aire decidido, se detiene a los pies del abonado y produce un mensaje que nuestra literatura primaria y patética translitera estúpidamente en forma de miau y otros fonemas parecidos. Verbos sedosos, afelpados adjetivos, oraciones simples y compuestas pero siempre jabonosas y glicerinadas forman un discurso que en algunos casos se relaciona con el hambre, en cuya oportunidad el teléfono no es nada más que un gato, pero otras veces se expresa con absoluta prescindencia de su persona, lo que prueba que un gato es un teléfono.
Torpes y pretenciosos, hemos dejado pasar milenios sin responder a las llamadas, sin preguntarnos de dónde venían, quiénes estaban del otro lado de esa línea que una cola trémula se hartó de mostrarnos en cualquier casa del mundo. ¿De qué sirve y nos sirve mi descubrimiento? Todo gato es un teléfono pero todo hombre es un pobre hombre. Vaya a saber lo que siguen diciéndonos, los caminos que nos muestran; por mi parte sólo he sido capaz de discar en mi teléfono ordinario el número de la universidad para la cual trabajo, y anunciar casi avergonzadamente mi descubrimiento. Parece inútil mencionar el silencio de tapioca congelada con que lo han recibido los sabios que contestan a ese tipo de llamadas.

 
Viernes a las 18.30h. en el Centro Municipal de Pumarín "Gijón Sur".
Sábado a las 18h. la Sala de Congresos del Calatrava en Oviedo.
Como colofón celebraremos un RITUAL-FIESTA TECNOPAGANA el VIERNES 20 por la noche, en El Olivar (Oviedo).
 
Para más información: picapica . mindhackers . org