"Nunca he creído que el poeta sea alguien que posea una sensibilidad especial o una percepción espiritual extraordinaria, o que tenga derecho a vivir apartado del mundo, ni que esté por encima de la vida común y corriente de los demás. Al escribir poesía he conocido intensa felicidad y el peor de los temores: que las paredes no puedan derribarse y que esas palabras no logren llegar a otro ser...

En el transcurso de la escritura de mis poemas, además -antes de que mi inteligencia racional lo supiera-, he aprendido el camino a seguir, las direcciones personales y políticas de mi vida. Ninguno de estos poemas surgió de una idea abstracta sobre el arte, son producto de la convicción y de la necesidad. Me sentiré complacida si sientes en ellos la respiración de una mujer que vive, que intenta cumplir su función en el mundo y que todavía sigue afrontando decisiones y fronteras"

Adrienne Rich




Esto es lo que hemos aprendido a ejercitar
Aquellos que habitamos
Áreas atormentadas



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La puerta misma
no hace promesas.
Solo es una puerta.