EXPOSICIÓN DE FOTOGRAFÍA
EL PARAÍSO DESNUDO
Del 22 de noviembre al 18 de diciembre
FALCÓN ESPACIO CREATIVO
Ana Vega (prologo y poesías) sobre música del productor asturiano Juan Rico.
La exposición estará amenizada con un dj set especial a manos de Roberto Olay.
Tras la inauguración habrá una fiesta Family club (C/ Oscura, 18. Oviedo) a partir de las 11pm con música de dj Graceman y Roberto Olay.
Durante la fiesta se proyectarán fotos y vídeo de Pelayo Zurrón.
“EL PARAÍSO DESNUDO”
Muchas son las luces que marcan el camino de nuestra vida,
pero dicen que sólo una nos conduce al paraíso.
Existen muchos paraísos,
pero ninguno es eterno.
¿Es el paraíso una realidad onírica,
o es en realidad un mundo somático?
Un mundo tan real como la suave brisa que excita al mar,
o como la dulce roca de mineral salado,
como el misterioso verde del profundo bosque.
Un mundo lleno de momentos suspendidos.
Momentos que apresar, al suave vuelo de nuestro caminar.
Todo un cúmulo de elementos vitales
repletos de formas, curvas, y esencias
que nos envuelven sin darnos cuenta.
Elementos que suspiran erotismo,
hasta en lo más profundo de sus poros.
Una belleza obviada y despreciada
por una sociedad que avanza desmesuradamente
hacia una luz cegadora.
Una luz que promete abrir las puertas del nuevo paraíso.
Una luz que nos obliga a avanzar
sin dejarnos disfrutar del único paraíso posible.
Éste, nuestro Edén.
Pelayo Zurrón
Pelayo Zurrón
EL PARAISO DESNUDO
Ana Vega
El cuerpo a veces tomado como recipiente tan sólo, o incluso objeto, ahora, en este siglo, objeto de consumo, objeto de escaso valor, objeto, al fin y al cabo, producto de este capitalismo feroz; el cuerpo como víctima de la deshumanización, no sólo del arte, sino del mundo. Cómo el cuerpo es herido y convertido en arma de poder, cómo el cuerpo es violado y maltratado, vendido, carne y sólo carne o bien parte del engranaje de una economía que nos devora lentamente.
Surge entonces la necesidad de retomar el cuerpo como núcleo original, como relación única con el otro, con su vinculación a la naturaleza de la que surge y nace y también hacia otros cuerpos que a modo de nudo se enlazan y forman cordada íntima hasta provocar una nueva vida.
El cuerpo es un objeto de valor incalculable. Su medida aquí es tomada con sabiduría, el cuerpo frente a la roca, frente al mar, el cuerpo deslizándose y fluyendo y formando una especie de magma primigenio, volviendo al ser, a su lugar de origen y sintiendo entonces cómo la energía fluye y se limpia y se vuelve pura puesto que hemos devuelto el cuerpo a su lugar.
Vemos en la ciudad la devastación del rostro y la carne, los efectos y la agonía del cuerpo que se siente extraño en un mundo creado a base de mentira, hipocresía, llanto del débil, he ahí que el cuerpo en ocasiones se devore a si mismo, llegue a desaparecer incluso pues su instinto natural ha sido arrancado. El cuerpo del ciudadano de a pie es el cuerpo de la norma, la regla, las ataduras. Un cuerpo frente al mar o la roca es siempre un cuerpo abierto, libre, y esa libertad del cuerpo se rescata ahora en estas fotografías desde donde fluye una intensa y poderosa energía ancestral que nos atraviesa mirada y corazón, y con cada pálpito recuperamos esa conciencia muerta o anestesiada de libertad, de fusión con el medio, de perdernos en él y vemos, comprobamos como el cuerpo es parte fundamental del paisaje y a él debe volver. No dejemos que nadie secuestre nuestras almas o ponga precio o utilice o comercie con este cuerpo tan sediento de ofrecerse desnudo al sol, pisar la arena o el camino, o piedra o roca, trepar incluso a través de ella, o dejar que el mar limpie todo el pasado que se nos ha adherido a los huesos. Nada más efectivo que dejar que el agua limpie todas nuestras contradicciones, cada dolor, cada recuerdo, que el hombre y la mujer que vuelven a la orilla apenas se reconozcan más tarde. Que nadie imponga regla alguna a las maneras del cuerpo y sus formas, a su modo de estar en el mundo. El poder es nuestro, no de ellos.