PARAR LA VIOLENCIA MACHISTA ES CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE

 (El machismo mata, empobrece y atonta, por ese orden. Amelia Valcárcel)
 
 
 
 

 Según la Resolución 48/104 de la Asamblea General de Naciones Unidas sobre la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer por violencia contra la mujer se entiende “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada”.
En España decenas de mujeres son asesinadas cada año y miles son agredidas, violadas, maltratadas,... amenazadas todos los días. Junto a ellas sus hijos e hijas, sus familiares y
amistades son también víctimas de esta violencia machista. Y parece que no pasa nada, parece que la sociedad se está acostumbrando a esta violencia y se percibe como algo normal, habitual. Todavía hay quienes piensan que es “cosa de la pareja” y que es mejor “no meterse”.
La sociedad sigue mirando hacia otro lado.
Los asesinatos machistas son la expresión más brutal del machismo, pero hay otras muchas formas de violencia contra las mujeres: física, psicológica, sexual, patrimonial y económica, simbólica.
Desde la Plataforma Feminista d’Asturies decimos NO, decimos BASTA YA DE VIOLENCIA
MACHISTA, la violencia machista no es algo normal, la violencia machista no es una cuestión privada o de pareja, la violencia machista no es un “suceso” es una cuestión social, es una cuestión de Derechos Humanos que afecta a la mitad de la población.
Y aquí seguimos, sin un pacto de Estado que asegure los recursos para eliminar esta lacra gobierne quien gobierne, sin que la igualdad sea asignatura troncal en todas las etapas educativas, sin vigilar a los maltratadores para proteger de verdad a las mujeres que denuncian, sin presupuesto para campañas, sin una normativa de sanciones para el incumplimiento de la leyes de Igualdad y de Violencia de Género,...
Hay que salir a la calle a visibilizar, condenar y rechazar la violencia machista. A dar voz a quienes ya no la tienen. Hay que salir a la calle a gritar que no vamos a consentir que siga esta violencia, que si tocan a una responderemos todas. El 7 de noviembre el Movimiento Feminista ha convocado una Marcha Estatal Contra las Violencias Machistas, en Madrid para exigir a este gobierno que garantice la vida de la mitad de su ciudadanía, las mujeres.
¡NO MÁS VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES



 PARAR LA VIOLENCIA MACHISTA YE CUESTIÓN DE VIDA O MUERTE
 
 
 
CONCENTRACIÓN DE AYER MIÉRCOLES, QUE SE REPETIRÁ CADA PRIMER MÍERCOLES DEL MES EN LA PLAZA DE LA ESCANDALERA DE OVIEDO, ÚNETE,
 
SI AGREDEN A UNA, RESPONDEMOS TODAS!
 
 
 



 
MIGUEL HERNÁNDEZ

 EL HAMBRE
 

 I.
Tened presente el hambre: recordad su pasado
turbio de capataces que pagaban en plomo.
Aquel jornal al precio de la sangre cobrado,
con yugos en el alma, con golpes en el lomo.
El hambre paseaba sus vacas exprimidas,
sus mujeres resecas, sus devoradas ubres,
sus ávidas quijadas, sus miserables vidas
frente a los comedores y los cuerpos salubres.
Los años de abundancia, la saciedad, la hartura
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy aquí estamos.
Nosotros no podemos ser ellos, los de enfrente,
los que entienden la vida por un botín sangriento:
como los tiburones, voracidad y diente,
panteras deseosas de un mundo siempre hambriento.
Años del hambre han sido para el pobre sus años.
Sumaban para el otro su cantidad los panes.
Y el hambre alobadaba sus rapaces rebaños
de cuervos, de tenazas, de lobos, de alacranes.
Hambrientamente lucho yo, con todas mis brechas,
cicatrices y heridas, señales y recuerdos
del hambre, contra tantas barrigas satisfechas:
cerdos con un origen peor que el de los cerdos.
Por haber engordado tan baja y brutalmente,
más bajo de donde los cerdos se solazan,
seréis atravesados por esta gran corriente
de espigas que llamean, de puños que amenazan.
No habéis querido oír con orejas abiertas
el llanto de millones de niños jornaleros.
Ladrabais cuando el hambre llegaba a vuestras puertas
a pedir con la boca de los mismos luceros.
En cada casa, un odio como una higuera fosca,
como un tremante toro con los cuernos tremantes,
rompe por los tejados, os cerca y os embosca,
y os destruye a cornadas, perros agonizantes.
II.
El hambre es el primero de los conocimientos:
tener hambre es la cosa primera que se aprende.
Y la ferocidad de nuestros sentimientos,
allá donde el estómago se origina, se enciende.
Uno no es tan humano que no estrangula un día
pájaros sin sentir herida la conciencia:
que no sea capaz de ahogar en nieve fría
palomas que no saben si no es de la inocencia.
El animal influye sobre mí con extremo,
la fiera late en todas mis fuerzas, mis pasiones.
A veces, he de hacer un esfuerzo supremo
para acallar en mí la voz de los leones.
Me enorgullece el título de animal en mi vida,
pero en el animal humano persevero.
Y busco por mi cuerpo lo más puro que anida,
bajo tanta maleza, con su valor primero.
Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos
donde la vida habita siniestramente sola.
Reaparece la fiera, recobra sus instintos,
sus patas erizadas, sus rencores, su cola.
Arroja los estudios y la sabiduría,
y te quita la máscara, la piel de la cultura,
los ojos de la ciencia, la corteza tardía
de los conocimientos que descubre y procura.
Entonces sólo sabe del mal, del exterminio.
Inventa gases, lanza motivos destructores,
regresa a la pezuña, retrocede al dominio
del colmillo, y avanza sobre los comedores.
Se ejercita en la bestia, y empuña la cuchara
dispuesto a que ninguno se le acerque a la mesa.
Entonces sólo veo sobre el mundo una piara
de tigres y en mis ojos la visión duele y pesa.
Yo no tengo en el alma tanto tigre admitido,
tanto chacal prohijado, que el vino que me toca,
el pan, el día, el hambre no tenga compartido
con otras hambres puestas noblemente en la boca.
Ayudadme a ser hombre: no me dejéis ser fiera
hambrienta, encarnizada, sitiada eternamente.
Yo, animal familiar, con esta sangre obrera
os doy la humanidad que mi canción presiente.

Manifiesto

La crisis capitalista ha puesto de manifiesto en nuestro país, al igual que en otros sitios, que el capital para salir de sus crisis ha empleado sus recetas habituales: cierre de las empresas menos rentables, concentración de capitales (la banca es un ejemplo pasando de  unas 50 entidades al inicio de la crisis a poco más de 12 en la actualidad), privatización/mercantilización de sectores económicos de economía mixta o publica, despido masivo de trabajadores, bajada generalizada de los salarios (directos, indirectos y diferidos), empeoramiento de las condiciones de trabajo (dos reformas laborales) que conllevan un abaratamiento del despido y una indefensión de los trabajadores frente al capital. En definitiva este gobierno, al igual que los anteriores, han realizado las políticas necesarias para que el capital restaure su tasa de ganancia y con ello salga de su crisis.  Por eso hablan de que ya estamos saliendo de la crisis.
Que haya más de 5 millones de parados, que los contratos sean cada vez más precarios que los salarios apenas alcancen para lo más básico, etc. etc., entra dentro de lo que el capital y sus gobiernos de turno,  consideran como un mal menor. Lo importante es crecer a cualquier precio. Recordamos que, cuando no había crisis para el capital, había no obstante crisis para la clase obrera. En los mejores momentos del gobierno anterior había 1.900.000 parados, 1.800.000 personas con contrato a tiempo parcial y un 35% de precariedad… La conclusión es obvia, en los momentos de crisis del capital, como es el actual,  las condiciones de sobre-explotación alcanzan a más personas y a los que no nos pueden explotar, nos desprecian. El capitalismo vive y se reproduce de la explotación del trabajo.
Ante esta situación la respuesta de la clase obrera ha sido parcial y descoordinada.
La política de las organizaciones de la izquierda institucional se han limitado a denunciar las políticas del gobierno de turno (PSOE/PP) proponiendo políticas que sólo suponían tímidas reformas que aliviasen estas condiciones de sobre-explotación y prometiendo una salida progresista de la crisis. No hay ningún ejemplo en la historia que pueda demostrar que esto ha sido posible. El capital sale de sus crisis haciendo justo lo que está haciendo. Los gobiernos no están para hacer políticas que favorezcan a la mayoría de la población, están para garantizar que la tasa de ganancia del capital sea un hecho.
Por su parte las organizaciones de la izquierda situadas fuera de las instituciones siguen siendo marginales y su influencia en el conjunto de la clase obrera es apenas significativa.
Para garantizar que todo esto siga igual, el capital está alentando la creación de nuevas organizaciones políticas que canalicen este malestar hacia vías que sigan la senda institucional y parlamentaria. Es decir que todo cambie para que todo siga igual. Una nueva transición. La primera parte ya la han hecho con el cambio de monarca, ahora están en la segunda etapa.
Ante este panorama somos muchos y muchas las personas que nos resistimos a aceptar esta situación como irreversible.
Planteamos a todas aquellas personas, colectivos y organizaciones que saben que la salida de esta situación no está en limar las aristas del capital, sino de la necesidad de acabar con el mismo capital; es decir, en la lucha por una sociedad sin explotadores ni explotados, en la lucha por el Socialismo. Necesitamos esa herramienta colectiva que indique a nuestra clase que dentro del capitalismo no hay salida. De ahí que aspiramos a en la medida de nuestras fuerzas a trabajar por confluir con otros y otras en esa tarea común.
Somos conscientes de que nosotros, los trabajadores tenemos un interés de clase enfrentado al capital en lo socio-económico. Es en ese terreno en el que estamos incluidos como miembros de la misma clase social y en el que frente a la explotación no tenemos diferencias, precisamente por existir una completa identidad de intereses.
En la izquierda hay diversidad de pensamiento y por ello no existe un referente de lucha a favor de nuestros intereses globales como clase, de ahí que sea necesario recuperar la lucha ideológica –cuyos pilares sean la lucha de clases y el proyecto de sociedad socialista- como elemento central de la acción política, ideología sencilla a la vez que explicativa y muy apegada a la realidad.
De la misma manera, al realizar un estudio de la crisis económica, hemos identificado que esta crisis, y todas las anteriores, son consustanciales al modo de funcionamiento del sistema capitalista en el cual vivimos y por lo tanto rechazamos las explicaciones simplistas. No somos consumidores del discurso previamente elaborado por los transmisores de la ideología capitalista dominante.
Una vez que hemos identificado el problema sabemos que la solución no pasa por cambiar un gobierno por otro dentro del marco capitalista, es necesario un cambio de modelo de sociedad. El sistema capitalista en el que vivimos se rige por unas leyes orientadas que no persiguen una mejora de vida para la mayoría, sino que en cambio estas leyes están pensadas, por decirlo simplemente, para la acumulación de capital.
Por todo esto reconocemos que la única solución posible es el cambio de las relaciones sociales en las que vivimos. Es el cambio en el modo de vida para que las personas sean tratadas como seres humanos y no como mercancías. Es un hecho comprobado que cualquier intento por cambiar la forma en que nos relacionamos es contrarrestado por el capital con descalificaciones, mentiras, represión, golpes de estado, guerras…etc.
Esta realidad que se nos presenta, la queramos o no, con pérdida de derechos laborales, explotación en trabajos que no permiten vivir con dignidad, aumento de beneficios de los capitalistas y empobrecimiento masivo de los trabajadores únicamente se puede combatir estando organizados. Vemos la necesidad apremiante de una organización de la clase frente al capital para la lucha por nuestros intereses.
Dentro de la organización es fundamental la formación de cuadros militantes, activistas que transmitan reflexiva y críticamente sus posiciones y las de su organización en su entorno social. Este cuadro político debe ser capaz de dar respuesta a las preguntas más complejas y menos evidentes, de forma directa y personal. Ha de ser en definitiva un cuadro político operativo capaz de transmitir la teoría a la práctica de la vida cotidiana.
Esta organización debe tener firmeza en los principios y flexibilidad en la forma de aplicación y recoger además la base en su práctica general de la experiencia de los más de dos siglos de lucha de la clase obrera. Las formas de organización en cada momento histórico concreto, deben estar subordinadas a los intereses de clase, deben ser abiertas, sin clichés, sin esquemas ni normas estrechas y extremadamente flexibles, por tanto tenemos que edificar una casa en la que quepamos todos y en la que haya el mínimo peligro de habitabilidad, regida además por el máximo de libertad y democracia.
Los trabajadores han elaborado sobre la base de su práctica general sus propios principios:
          Primero. Esta organización de los trabajadores, debe luchar por las mejoras inmediatas, como medio de mejorar desde ahora las condiciones de existencia de los trabajadores, debe movilizar a toda la clase y darle conciencia sobre la base de sus éxitos y fracasos, de sus luchas diarias, ligándolas con la perspectiva general de la clase, de la necesidad de suprimir la explotación de las personas por las personas.
          Segundo. El movimiento obrero tiene necesariamente que ser de masas también, ya que sólo el conjunto organizado de la clase puede imponer con su lucha los objetivos marcados.
          Tercero. El movimiento de los trabajadores en lo táctico-organizativo debe hacer uso de cuantas herramientas disponga, convenios colectivos, prensa, elecciones etc., combinando con huelgas, manifestaciones, protestas de todo tipo, etc., es decir desarrollando la lucha de clases. Debe mantener sus principios con vistas al cambio de sociedad y no desdibujarse en las herramientas utilizadas.
En coherencia con nuestro llamamiento vemos la necesidad de un programa, que debe ser una herramienta que nos permita trabajar con otros colectivos. Por ello nos hemos dotado de un programa político de mínimos para la resistencia. Este programa beneficioso para la mayoría, es realizable y va dirigido contra  los intereses de una minoría, la minoría capitalista. Este programa está abierto, es susceptible de discusión y cambios, en definitiva solo pretende ser un denominador común para empezar la lucha que tenemos ante nosotros.
  1. Salario mínimo de 1.000 €
  2. Ninguna pensión por debajo del SMI
  3. Extensión y ampliación de la prestación por desempleo.
  4. Reforma Fiscal: progresividad, persecución del fraude fiscal, la economía sumergida y los paraísos fiscales. Revisión de la legislación sobre las Sociedades de Inversión de Capital Variable (SICAV). Dotar de infraestructuras de todo tipo a la Inspección de Fiscal de la Hacienda Pública.
  5. Banca pública como corolario de la nacionalización de la banca privada y las cajas de ahorros.
  6. Nacionalización de los sectores estratégicos de la economía.
  7. Ley sobre la Obsolescencia programada.
  8. Control y democratización de los canales de distribución y comercialización del sector primario de la economía a fin de evitar situaciones de oligopolio que inciden negativamente sobre los precios      pagados a los productores y sobre los precios pagados por los consumidores.
  9. Efectiva separación entre las iglesias y el Estado.
  10. Por la Unión de los pueblos, salida del €, no al pago de la deuda y la recuperación de la soberanía
  11. Contra las intervenciones imperialistas y salida de la OTAN.
De la misma forma entendemos que es necesaria la creación de un programa a medio y a largo plazo que vaya en función de nuestros intereses de clase, es decir que acabe con la explotación de las personas por las personas.
Esto significa cambiar las relaciones sociales de explotación del capitalismo por las relaciones de control por parte de la sociedad, de los medios de producción como de distribución y de fuerzas de trabajo aplicadas. Esto implica una planificación y organización colectiva consciente de la vida social y económica, socialismo como medio de garantizar una vida digna.
 
 



Proceso de maquetación de nuevo libro, "Herencia", ed. Editorial Amargord. Nuevo registro y quizá uno de los retos más difíciles para mi. Hablamos desde el propio hueso, desnudez máxima.
 




 
HERENCIA
 
 
Y esto es tan sólo ...
el esqueleto escrito de mi memoria.
Lo que soy y en lo que me he convertido,
una herencia que va más allá del cuerpo.
Una devastación interior
que concluye en una cierta fiereza
o carácter salvaje o indómito,
tal vez herencia animal
de quien ha logrado sobrevivir
a lo largo de esta historia.
 
 
Ana Vega
 
 
 
 
 
 
 
 
ARDE
 
Precaución, arde.
Esta mujer que escribe arde.
Su piel quema
y aún es peor en el caso de su pensamiento.
Ese carácter encendido
le provoca una mala aceptación del mundo
y es por eso que ustedes deben alejarse de ella.
Arde esta piel y esta palabra,
y esta conciencia que tan sólo encuentra justicia
en cierto equilibrio entre palabra, obra y hecho.
Tengan precaución entonces y cierto cuidado,
pues toda llama tiende a extenderse
y es fácil entonces
que esta voz les alcance
y tal vez hiera
en esta quema necesaria,
en este incendio que busca provocar
la palabra escrita.
Cómo comprender el mundo entonces
si no es a través de este avanzar entre las llamas
y que afecte cada luz, cada sombra, cada actitud y comportamiento
que observas y has de traducir a este reino
de silencio roto por la palabra.
Cómo enfrentarse entonces al mundo
de otro modo, más allá de una traducción
dolorosa y exacta de éste.
Tengan cuidado entonces, insisto,
esta mujer arde, quema,
arrasa y destruye todo cuanto su palabra
o roce alcanza.
Y ésa es su intención primera
al escribir.
Conciencia en llamas
que ha de quemar
y alcanzar al otro.
Precaución,
pues arde.
Ese frío absoluto
de sus manos
así lo atestigua.
 
Ana Vega
 
 
 
 
 
 
La necesidad de un espacio de encuentro comunista
 
Por Nicolás García Pedrajas
 
 
No son buenos tiempos para las ideas comunistas. A pesar de que la “crisis” económica ha dejado al descubierto las costuras del sistema capitalista, la mayoría de las respuestas de la izquierda política han sido enormemente pueriles.
Ningún análisis profundo desde la óptica del marxismo se ha realizado. Las críticas al capitalismo como un sistema económico intrínsecamente injusto han sido sustituidas por absurdas apelaciones al bipartidismo como origen de los males de la actual crisis. Se ha lanzado la idea que otro modelo social es posible dentro del capitalismo, aunque la evidencia les golpee en la cara con la realidad una y otra vez.
La misma idea de crisis como algo coyuntural ha sido una referencia común en los políticos de la izquierda. En lugar de admitir que la actual crisis es simplemente un estadio normal del capitalismo, que es un sistema de acumulación de capital por su propia naturaleza y que el término crisis simplemente se aplica a una situación concreta cuando el deterioro del nivel de vida de las clases trabajadoras alcanza a la clase media.
El abandono de las ideas marxistas por parte de los partidos socialistas primero y comunistas después no es un fenómeno nuevo. Hace décadas que los partidos socialistas pasaron a la social-democracia primero y al social-liberalismo después. Posteriormente los partidos comunistas fueron siguiendo esa senda. Es imposible encontrar rastro de ideas comunistas en partidos como el PCF francés o el extinto PCI italiano. En Europa es posible que solo el KKE griego y el PCP portugués sigan siendo partidos realmente comunistas dentro de los partidos con representación parlamentaria.
En España la situación del PCE está cumpliendo los mismos pasos que el PCF y el PCI. Hace años que el PCE abandonó el comunismo real por el parlamentarismo. Su presencia en los lugares de trabajo, su imbricación con el sindicalismo y su movilización en el conflicto fueron sustituidas por su participación en las instituciones. Esta participación ha tenido el efecto de producir alguna buena ley y alguna buena actuación, pero desde luego no ha conseguido ninguna mejora significativa en la naturaleza del sistema económico que tenemos. La participación de IU en el gobierno de la Junta de Andalucía de la legislatura anterior es el ejemplo perfecto de esta situación.
La apuesta actual del PCE por un movimiento desclasado pequeño burgués como Ahora en Común es la última campanada de las doce para el PCE. La carroza se ha convertido en calabaza y cualquier militante de buena fe que siga siendo comunista sabe que el cambio no tiene vuelta atrás. La pérdida del PCE para la causa comunista tiene un efecto muy importante para las ideas comunistas en este país. Aunque como hemos dicho su deriva (des)ideológica había empezado hace años, el PCE sigue siendo para mucha gente el referente comunista en España.
Precisamente ahora que las ideas comunistas son más necesarias que nunca, precisamente ahora que el capitalismo muestra su rostro más descarnado sin pudor, precisamente ahora que la clase trabajadora se encuentra más desorientada en la búsqueda de un referente político, precisamente ahora los partidos comunistas se baten en retirada.
Por ello, se hace más necesario que nunca construir un espacio de encuentro comunista donde todas aquellas personas que quieran trabajar juntas bajo los principios del marxismo puedan empezar la construcción de algo que llevará mucho tiempo, pero que es la única alternativa al capitalismo y su canibalismo social inherente.
Hay que reconocer que ha habido compañeros y compañeras de partidos comunistas minoritarios que han mantenido firmes sus convicciones. Sin embargo, estos partidos han demostrado también sus limitaciones. Es importante ser generosos en el momento actual y pensar en un espacio de encuentro marxista en cual todos estén invitados. A nadie se le debe pedir que abandone su actual militancia o que adquiera una nueva. Solo debe ser necesario la defensa clara de los principios comunistas y las ganas de trabajar por una sociedad donde el capitalismo solo sea un mal recuerdo.
La tarea es titánica y las armas pocas, pero no hay otra salida. El ciudadanismo desclasado y los mesías de tertulia son solo macabras bromas de las que el capital se ríe mientras aprieta un poco más el tornillo de la prensa bajo la cual se encuentra la clase trabajadora.
Aunque se trate de un reto muy difícil, un espacio de encuentro así permitirá al menos que los comunistas trabajen juntos por algo que merezca la pena, mejor que en partidos en los cuales la podredumbre alcanza ya la raíz.
Hay iniciativas ya en este sentido y creo que pronto tendremos noticias de algo muy bueno que se empieza a gestar.
Salud y república