"No hay más diálogo verdadero que el diálogo que entablas contigo mismo, y este diálogo sólo puedes entablarlo estando a solas. En la soledad, y sólo en la soledad, puedes conocerte a ti mismo como prójimo; y mientras no te conozcas a ti mismo como a prójimo, no podrás llegar a ver en tus prójimos otros yos. Si quieres aprender a amar a los otros, recógete en ti mismo"
Miguel de Unamuno
JACK
Lentamente, de forma sigilosa, el perro se arrastró por el suelo hasta llegar a ella. La chica estaba llorando, en posición fetal, sobre la hierba. El perro se acercó despacio y comenzó a olisquearla, por todo el cuerpo. La chica siguió llorando sin percatarse de la presencia del perro. Se encendió la farola que había junto a la chica, anochecía. La escena parecía reproducir una extraña danza entre el perro y la chica. El perro se sentó a su lado. Ella siguió llorando, cada vez más y más fuerte, con algún espasmo corporal provocado por el frío, hasta que pasadas dos horas su llanto cesó de golpe. Estiró las piernas, se sentó, y comenzó a acariciar la hierba que la rodeaba. Fue entonces cuando lo vio, allí mismo, junto a ella, sin moverse, con su mirada clavada en sus ojos. Jack había regresado a casa.
Lentamente, de forma sigilosa, el perro se arrastró por el suelo hasta llegar a ella. La chica estaba llorando, en posición fetal, sobre la hierba. El perro se acercó despacio y comenzó a olisquearla, por todo el cuerpo. La chica siguió llorando sin percatarse de la presencia del perro. Se encendió la farola que había junto a la chica, anochecía. La escena parecía reproducir una extraña danza entre el perro y la chica. El perro se sentó a su lado. Ella siguió llorando, cada vez más y más fuerte, con algún espasmo corporal provocado por el frío, hasta que pasadas dos horas su llanto cesó de golpe. Estiró las piernas, se sentó, y comenzó a acariciar la hierba que la rodeaba. Fue entonces cuando lo vio, allí mismo, junto a ella, sin moverse, con su mirada clavada en sus ojos. Jack había regresado a casa.
Gracias a Jesús Ordovás, siempre, desde el océano...
Llegará, llegará la tormenta que anuncie el cielo...
DYLAN
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