"No, yo haré algo... Y además está la simpatía de la gente en la calle, en el metro. Está la buena mirada de los hombres y las mujeres que te llena el corazón de un sentimiento inexplicable. Está la conciencia de ser superior a las bestias que te hacen sufrir, y de estar unidos con los hombres y las mujeres auténticos. Cuanto más se amontonan las desgracias, más profundo es este lazo. Ya no se trata de distinciones superficiales de raza, religión o rango social -nunca he creído en ellas-: está la unión contra el mal y la comunión en el sufrimiento"
"Escribir y escribir como quiero, es decir, con una sinceridad plena, sin pensar nunca que otras personas leerán, para no desvirtuar su actitud, escribir toda la realidad y las cosas trágicas que vivimos dándoles toda su gravedad desnuda sin deformarlas mediante palabras, es una tarea muy ardua y que exige un esfuerzo constante... tengo un deber que cumplir escribiendo, porque es preciso que los demás sepan. A casa hora del día se repite la dolorosa experiencia, que consiste en darse cuenta de que los demás no saben, que ni siquiera se imaginan los sufrimientos de los otros hombres y el mal que algunos infringen a otros. Y sigo intentando este penoso esfuerzo de contar. Porque es un deber, es quizás el único que pueda cumplir. Hay hombres que saben y otros que cierran los ojos."
Hélène Berr. Diario