Nos vendría bien una reflexión sobre el valor del trabajo, y también del trabajo artístico, una conciencia clara sobre el tiempo, el esfuerzo y las horas de dedicación que implican. Un libro, por ejemplo, cómo podemos valorar eso. Hablamos ...de cinco, seis, diez años de elaboración o proceso primero, luego tendríamos que añadirle el resto, revisión, corrección, reposo... Más pelear con el mercado editorial y vida propia. Coordinación de talleres, otro ejemplo (y hablo de lo que conozco mejor, tendríamos que añadir muchas otras experiencias y colectivos artísticos aunque tras mis múltiples conversaciones con otros profesionales el caso es el mismo...)nadie piensa tampoco en el tiempo de elaboración de manuales, materiales (y en esto hablo de años y años y años...), documentación, el dinero que implica todo esto también si entiendes el trabajo -yo así lo hago de un modo serio-, la adaptación de estos según grupos, edades, necesidades y búsquedas personales, y a esto sumar los gastos para llevar a cabo dicha actividad. Y quizá a alguien se le olvide que muchos somos autónomos y pagamos también impuestos. Ahora, tras esta reflexión, que vuelva el discurso a tu cara absolutamente agotada - porque muchos y muchas señores y señoras compaginamos esto con mil actividades además de supervivencia básica y general, más familias y vidas y problemas- que lo que ofrecemos es caro o que por qué no descargarse algo gratis. Nos interesa realmente la cultura me pregunto o nos interesa la cultura como algo gratuito como espectador pero no nos preocupa en absoluto lo que ocurra del otro lado, sea esclavitud o hambre. Y realmente entendemos la cultura y a los profesionales de la cultura de todas sus disciplinas como trabajo o como algo bonito de ver o pintoresco, como escuché el otro día. Reflexión necesaria... El camino se demuestra andando y pagando en este caso.
No se aceptan más encargos de textos, presentaciones, reseñas, artículos, trabajos o malabarismo alguno por amor al arte. Mi amor al arte lo manifiesto del mejor modo que sé: escribiendo libros.
No se aceptan más encargos de textos, presentaciones, reseñas, artículos, trabajos o malabarismo alguno por amor al arte. Mi amor al arte lo manifiesto del mejor modo que sé: escribiendo libros.