con las manos cargadas de tierra ciegos los ojos seco el corazón camino desnuda con pies que gimen a cada paso olvidando cómo dejar caer las lágrimas sobre el agua y convertirlas en saliva misma
dedos que no alcanzan nunca a escribir la respuesta que necesito, la que me salve
pesa la conciencia como un buitre hambriento y no quedan restos bajos los ojos tan sólo recuerdos tan sólo recuerdos tan sólo
hueco que deja la lluvia en el asfalto caliente el humo que desaparece al instante por el calor extremo de las miradas que se unen frente al abismo, que se concentran para alejarse de tanta ciudad amargura de verse sitiado por edificios de ladrillo y hombres con el corazón de hierro obstruido, herrumbre